Ley de Parkinson
En el artículo «La ley de Parkinson o por qué tardas tanto en estudiar» te explico en qué consiste esta ley, que básicamente dice que cuanto más tiempo tienes para estudiar, más tiempo tardas en hacerlo. Lo que conlleva una gran pérdida de tiempo.
Es fácil conseguir el antídoto contra ella, ya que, sólo consiste en fijar unos tiempos límite muy ajustados para terminar las tareas. Es decir, cuanto menos tiempo tienes para leer los apuntes, pasarlos a limpio, elaborar el Mapa Mental o Conceptual del tema, memorizar unos datos, leer un libro, etcétera, mejor vas a aprovechar el tiempo y más productiv@ vas a ser.
Hasta ahí todo bien. Para estudiarte el siguiente tema, te das 3 horas en lugar de los 7 días habituales. Mejor, vamos a un ejemplo más específico. Te das 20 minutos para elaborar el Mapa Mental o Conceptual del tema que vas a memorizar y que hasta ahora te llevaba 5 horas.
[Todos los tiempos de los ejemplos en este artículo debes tomarlos como tales, simples ejemplos. Tú puedes tardar más o menos según la forma de hacerlo y la complejidad de la tarea que tiene entre manos]
Con lo que esperas haber hecho el Mapa Mental o Conceptual en 20 minutos. Eres consciente de la ley de Parkinson, sus efectos y sabes cómo combatirla. Perfecto. En 20 minutos tienes hecho lo mismo en lo que normalmente empleas 5 horas.
La frustración
Llega el momento de hacerlo, empiezas con muchas ganas y pasan los primeros 10 minutos sin que te hayas dado cuenta. Ya ha pasado la mitad del tiempo asignado y resulta que todavía ni siquiera has trazado las ideas principales en el mapa.
Sabes que te quedan 10 más todavía así que sigues adelante. Pasan otros 5 más (ya van 15 de los 20 fijados) y, aunque ya tienes las ideas principales, todavía te queda desarrollar el resto del mapa, darle color, pintar unos cuantos dibujos e incluir algunas gráficas.
Y todo eso lo tienes que hacer según vas extrayendo la información de los apuntes, el libro y unas fotocopias que te han pasado. Para todo eso sólo te quedan 5 minutos. Ahora puede darse alguna de las siguientes situaciones:
- Te das toda la prisa que puedes y consigues trazar el resto de las ramas del mapa hasta el nivel de detalle que necesitas y nada más. Tarea inacabada (te falta el color, los dibujos y las gráficas)
- Llegas a completar la primera rama y te queda estupenda, con su color y un par de dibujos que te aclaran estupendamente un concepto clave del tema. Tarea inacabada (te falta hacer lo mismo con el resto de las ramas para completar el mapa)
- Te lo tomas con calma y ves que te has equivocado porque en lugar de reducir de 5 horas a 20 minutos, deberías haberlo cambiado a algo más realista como puede ser 1 hora. Haces hasta donde te da tiempo y… Tarea inacabada
- Te llama alguien a tu teléfono móvil (que no habías apagado previamente) y se trata de la compañía de teléfonos, que está haciendo una promoción distinta a la del día anterior, ofreciéndote que cambies de modalidad de pago para que puedas beneficiarte de todas las características de esa gran ocasión que acaba de salir al mercado. Pasa el tiempo hasta completarse los 20 minutos que tenías como meta y adivina qué… ¡Tarea inacabada!
(La peor situación)
- Se da alguno de los casos anteriores u otro cualquiera y piensas que, bueno, que no pasa nada porque antes tardabas 5 horas en hacerlo y porque te tomes otros 20 minutos en acabarlo, tampoco va a pasar nada. Total, al final sólo van a ser 40 minutos haciendo algo que antes te llevaba ¡5 horas!
«Ya lo acabaré»
Lo que ocurre en la última situación es simplemente que acabas postergando, dejando para después algo que querías haber hecho ya. No te ha dado tiempo. Por una razón u otra.
Lo que no está tan bien es la actitud que viene después: «Bueno, tampoco pasa nada. Hasta 5 horas que tardaba antes, todavía tengo un montón de tiempo. A lo mejor al final se queda en 3 hora y media. Y eso es menos que 5».
Y tienes razón pero ¿sabes que ocurre a continuación? que vas a tardar entre las casi 5 horas de antes y otras 2 más (7 horas). Casi seguro.
Eso es lo que me pasa siempre a mí cuando acepto sin más no haber podido completar la tarea debido a razones tan de peso como la llamada de teléfono, lo bien que me ha quedado esa primera rama (la única que me ha dado tiempo) o el trazado tan bonito del esqueleto del mapa que me he hecho (en el caso de la primera situación).
El resultado es que terminas la tarea en el mismo tiempo que antes o en muchos casos más tarde incluso.
Es normal, has cambiado tu forma de hacer las cosas, pretendes hacerlas en mucho menos tiempo y, claro, te han surgido imprevistos o estaba tan ajustado el tiempo que, o no lo has dejado como tú querías o simplemente no te ha dado tiempo a acabar.
En cualquier caso, han ido ocurriendo cosas que te han impedido acabar a tiempo ¿Qué te ha llevado a todo esto?, ¿qué te ha empujado a esta situación? La ley de Parkinson. Precisamente justo lo que querías evitar.
¿Qué dice la ley de Parkinson? Que cuanto más tiempo tienes disponible para hacer algo, más tiempo vas a tardar en hacerlo. Cuando te fijas un tiempo máximo o una fecha límite, ha de ser límite. Sin excusas.
Si resulta que cuando expira el tiempo y no acabas, lo único que haces es extenderlo hasta terminar la tarea, posponiendo lo demás, de nuevo, la ley de Parkinson entra en acción.
«Es que se trata de una poderosa ley»
«Como la de la Gravedad (enunciada por Newton), ésta de Parkinson es imposible no cumplirla. Siempre está presente», puedes decir.
Cierto, en circunstancias normales, la manzana siempre va a caer al suelo atraída por la fuerza de la Gravedad. Pero claro, si a la manzana según cae del árbol, le pones un obstáculo insalvable como por ejemplo tu mano (según cae la coges antes de que llege al suelo), la ley de la Gravedad se sigue cumpliendo. Siempre va a estar ahí.
Pero en lugar de hacer todo el recorrido de la distancia que va desde la rama del árbol, allí arriba del todo, hasta el suelo 3 metros más abajo, tú la has cogido a tiempo cuando sólo había descendido 50 centímetros. Como ocurre con la ley de la Gravedad, no se puede dejar de cumplir la ley de Parkinson pero sí se pueden minimizar sus efectos, sí se puede parar el proceso.
Se trata de poner la mano a tiempo y no dejar que la manzana siga cayendo.
La propuesta
Cuando te fijas un tiempo límite, ha de ser límite. No hay excusas. Si no te ha dado tiempo a acabar la tarea, ya no la haces. El tiempo ha pasado y vas a seguir con otra.
Si no has terminado el Mapa Mental o Conceptual de ese tema en los 20 minutos que te habías fijado, mala suerte, ¿qué le vamos a hacer?, c’est la vie, that’s life! Es tan sencillo como eso. Te has dado la oportunidad, no la has aprovechado del todo, sigamos adelante con el resto de cosas.
Cuando el mapa que no has acabado cubre una parte clave del temario y además necesitas comprenderlo, saber aplicarlo y tenerlo memorizado para seguir adelante porque es la base para los siguientes temas o el resto del curso; decir que ya no lo vas a ver más y pretender seguir adelante con lo puesto, te va a dejar en una situación complicada para lograr tu objetivo de aprobar.
Vamos, que necesitas tener ese mapa hecho sí o sí para avanzar. Por supuesto, para eso está el principio de Prueba y Error.
Y, siendo redundante, el principio de Prueba y Error está precisamente para el principio. Para las primeras veces que fijas unos tiempos límite ajustados, reduciendo en gran medida la fecha u hora de finalización de una tarea, permítete fallar. No como fracaso sino para aprender, ajustar lo necesario y hacerlo bien la siguiente vez. Si el mapa lo haces en 3 horas (en lugar de los 20 minutos que pretendes o las 5 horas que ya empleabas), analiza por qué has tardado tanto:
- ¿Porque el tiempo de 20 minutos no era realista?,
- ¿porque no tienes apagado el teléfono y respondes a todas las llamadas, incluida a la compañía que te hacía una nueva oferta?,
- ¿porque tardas mucho tiempo en colorearlo?,
- ¿porque tardas mucho tiempo en extraer los puntos principales que van a dar lugar a las ramas del árbol?,
- ¿porque te has parado cada 5 minutos a comer, beber algo, estirar las piernas, a seguir con la vista a la araña Tecla en una de las esquinas del techo de tu habitación?,
- …
Sean cuales fueren las razones. Toma consciencia de ellas y aprende qué cambiar para la próxima vez. Ajusta lo necesario y vuelve a hacerlo, esta vez con la lección de los errores aprendida. Si ésta es tu actitud, en menos de un mes estás parando la manzana antes de que caiga al suelo, mucho antes y sin darte cuenta de que lo haces. Sin esfuerzo.
Juan Barranco dice
@etringita no es ser perro/a. es la ley de parkinson: http://bit.ly/9iC0OM
Carlos dice
excelente articulo, muy bien explicado (Y)