Antes de suspender el examen
Hayas suspendido o no, lee este artículo sobre todo si te has encontrado alguna vez en alguna de estas situaciones:
- has empleado mucho tiempo y esfuerzo en la preparación
- has puesto muchas expectativas en ello (en aprobar el examen)
- has pensado que aprobando llegarías a ser feliz
- creías que aprobando se acabarían todos tus problemas del tipo que fueren (social, económico, sentimental, intelectual, …)
Cuando suspendes…
… puede parecerte el fin de mundo o simplemente te desagradará ligeramente. Pero suspender un examen no es generalmente algo que ocurra sin generar algún malestar. Cuando la intensidad puesta en las anteriores situaciones es grande y suspendes el examen, puedes venirte abajo, estar triste, enfadad@, irascible y deprimid@, en definitiva. En algunos casos puedes incluso plantearte si tiene sentido seguir estudiando y acabas abandonando. En otros tu autoestima puede verse seriamente afectada. Si la decisión de dejar de estudiar es tomada tras una reflexión objetiva, es decir, sin que la tristeza, el enfado, la irascibilidad o la depresión aporten argumentos, estupendo. Pero en cualquier otro caso, la decisión tomada será errónea. Incluso la pérdida de autoestima está provocada por errores y no por los cometidos al hacer el examen.
El tipo de razonamiento que sigues para llegar a estar deprimid@, decidir no seguir estudiando o dejar que afecte negativamente a tu autoestima después de suspender un examen, es de la misma naturaleza que el siguiente:
Premisa 1: El cielo está encapotado
Premisa 2: Hace frío fuera en la calle
Conclusión errónea: Estoy mejor quedándome en casa. Hoy no salgo
¿Por qué la conclusión es errónea? Porque no puede inferirse de las dos premisas. Simplemente no se puede llegar a esa conclusión. Lo mismo ocurre cuando la premisa es:
Premisa: Apruebo el examen, la prueba, la Oposición, la Carrera, el Máster, la Tesina, …
Conclusión errónea: Soy feliz y todos mis problemas se acaban
¡El razonamiento es completamente erróneo! No es posible que aprobar un examen te dé la felicidad, que ponga fin a todos tus problemas. Puede ayudarte a mitigar una situación desagradable. Puede hacer que consigas un trabajo y dejes de sufrir penurias económicas durante un tiempo limitado. Pero nunca de va a dar la felicidad ni te va a solucionar todos tus problemas. Es más, en el futuro (más próximo que lejano) volverás a encontrarte en la misma situación que antes de hacer el examen. Estarás dejando la responsabilidad de ser feliz en manos de un suceso externo. Un ascenso, otro examen, otra Oposición, otro título, una subida salarial, una casa, otro coche más grande, …
Lo que todo el mundo debería saber sobre los suspensos…
… es que suspender NO implica que debas ser infeliz ni que debas seguir teniendo problemas.
Foto: Flickr
Lo que todo el mundo debería saber sobre los suspensos: Antes de suspender el examen Hayas suspendido o no, le.. http://bit.ly/4VB5V9
Luis,
Totalmente de acuerdo con tu comentario acerca de utilizar el hecho de aprobar o no un examen (o algo similar) para determinar felicidad de una persona. Ahí está la cuestión, en tu frase: «Estarás dejando la responsabilidad de ser feliz en manos de un suceso externo»
En la responsabilidad está la respuesta, se puede ser feliz en función de los acontecimientos con la falta de control en ellos, o bien, se puede elegir qué nuevos acontecimientos generar si la felicidad forma parte de una persona.
Un buen post para pensar.
Un abrazo,
Susana.
Hola Susana:
Gracias por dejar tu comentario y la profundidad del mismo 🙂
Un saludo,
Luis
Estoy muy deprimida por faltar a clase de lengua he perdido el derecho a la evaluación continua Para aprobar necesito un 10. Lo puedo recuperar, pero como se lo explico a mis padres.