El «atracón» del final
¿Te resulta familiar eso de no acordarte de nada de lo que te examinaste hace unos meses?, ¿incluso hace unos días?
Suele ocurrir sobre todo cuando tu forma de estudiar es la de dejarlo todo para el final. El famoso «atracón» justo antes del examen. Es decir, pospones el momento de la memorización para muy poco antes de examinarte (el último día o la última semana).
Poco (o mucho) después
Tras ello ya no hay más repasos, de forma que poco a poco la información va perdiendo fuerza en tu cerebro o, lo que es lo mismo, las uniones entre neuronas (Sinapsis) se debilitan y la información retenida ya no fluye con tanta facilidad como el día del examen. Se desvanece. Cuando esto ocurre más adelante en la carrera, en los estudios, ya trabajando, estudiando Oposiciones, etcétera, podrás verte en alguna situación parecida a éstas:
Te dices: «vaya, pues eso me suena de algo, ¡qué rabia!» o
«¡si esto me lo acabo de estudiar! [hace unos días], ¿por qué no me acuerdo ya?»
«eso lo he dado yo pero no me acuerdo» o algún compañer@ de estudios comenta:
«eso lo dimos en su momento, ¿cómo es posible que no te acuerdes?»
La fórmula para olvidarte de lo memorizado
De manera que, si no quieres acordarte de lo que has estudiado para un examen ya nunca más. No lo repases. No falla. Es tan fácil como seguir la Curva del Olvido de Ebbinghaus y ver que una semana después de memorizar ya puedes haber olvidado hasta el 50% de lo que estudiaste.
La clave para recordar lo memorizado
Lo contrario se cumple de la misma forma. Especialmente en aquellas ocasiones en las que se requiere una preparación a medio-largo plazo como es el caso de las Oposiciones, Selectividad, Reválida, Universidad (como norma general) o cualquier tipo de pruebas de conocimiento en las que el volumen de información sobre la que se examina es muy grande.
Es decir, que no puedes estudiarlo todo la última noche. No te da tiempo y necesitas al menos varios días o una semana de estudio previo.
Por ejemplo: hace dos días memorizaste algo y no lo has repasado desde entonces, lo normal es que no recuerdes más del 30% de lo que estudiaste, si decides hoy ver cuánto recuerdas (fíjate en la Curva del Olvido según Ebbinghaus). Y no es porque seas un@ zoquete. Eso nos pasa a tod@s. Así funciona tu cerebro y el de tod@s los demás.
Por eso es tan importante la labor de repaso cuando te preparas a medio-largo plazo.
¿Te has visto alguna vez en alguna situación en la que sabes que has estudiado (y te han examinado de) lo que tienes delante pero no te acuerdas de nada o casi nada?
¿Te frustras cuando ha pasado una semana o quince días después de haberte estudiado unos temas y al ponerte a repasarlos una semana o quince días después apenas recuerdas lo que memorizaste?
Foto: Flickr
Luis García Carrasco dice
Cómo olvidar todo lo estudiado tras hacer el examen: El “atracón” del final
¿Te resulta familiar eso de no acordar… http://bit.ly/cakG4K
María dice
Hola Luis, quería hacerte una pregunta sobre la elaboración de los resúmenes, últimamente me he estado informando sobre la extensión que debe tener un buen resumen, y todas las fuentes coinciden: un 30% de la extensión del texto.
Mi problema es que yo llamo resumen a copiar de los libros lo que me interesa y adaptarlo a mis gustos (introducir clasificaciones, suprimir cosas que no me parecen importantes, cambiar cosas de orden para comprenderlo mejor, mezclar información que considero complementaria y en el libro de texto viene separada, etc) bastante tiempo antes del examen, ya que yo uso mucho la memoria fotográfica, y no es lo mismo un tema «resumido» de 10 hojas en el que introduzca clasificaciones, cambios de color, de letra, etc, que un tema de 20 en el que viene todo seguido con el mismo numero de letra, por ejemplo.
Sin embargo, empleando esta técnica pienso que pierdo muchísimo tiempo, porque estudio Derecho y todas las asignaturas son de estudiar un montón, y mut extensas, pero si no hago esos «resúmenes» soy incapaz de estudiar por el libro. Me gustaría que me aconsejaras sobre este tema.
Muchas gracias por todos tus artículos, poco a poco estoy intentando cambiar todos mis malos hábitos (especialmente la regresión al leer), y como dices en otro de tus artículos «divertirme estudiando» y no repetir como un loro sin nisiquiera a veces haber realizado una prelectura. El problema está en que después de tantos años estudiando simplemente de memoria, utilizando las palabras de los libros, me veo incapaz de usar las mías propias (y no creo que sea por falta de vocabulario), si no recuerdo las del libro me quedo «en blanco».
Luis dice
Hola María:
Gracias por tu comentario.
La solución pasa por elaborar Mapas Mentales. Más aún utilizando la vista (memoria fotográfica) como tú haces. Algunas características de estas herramientas de ayuda al estudio: Fáciles y rápidos de elaborar, divertidos, llenos de colores, llenos de formas, de dibujos; ayudan a condensar la información al máximo; facilitan enormemente la comprensión del contenido a memorizar; sirven en bandeja la memorización de los datos; te muestran claramente la estructura; …
En fin que te invito a que le eches un vistazo a la categoría de Ayudas Gráficas y a que, paulatinamente dejes de elaborar resúmenes y utilices Mapas Mentales/Conceptuales en su lugar.
Por cierto, vas a ver que, al hacer Mapas Mentales, ese vocabulario tuyo propio que tienes oculto va a empezar a florecer inevitablemente en cuanto empieces con los Mapas Mentales.
Un saludo,
Luis