Mi historia personal
Nací en Madrid (España) en 1973 y viví en Irlanda durante 7 años trabajando como Ingeniero Informático en IBM en Dublín.
En 2016 volví a Irlanda siguiendo vinculado al campo de la Ingeniería Informática.
Investigo y experimento desde hace 20 años en el campo del Aprendizaje, las Técnicas de Estudio y el Crecimiento Personal, dedicándome a la Consultoría del Aprendizaje (Máximo Rendimiento Académico), como Especialista en Técnicas de Aprendizaje y Técnicas de Estudio. Algunas temporadas/años a tiempo completo y otras compartiendo mi tiempo con mi segunda pasión, la Informática.
Vivo en este momento en un pueblecito de Dublín con Raquel (mi mujer), 3 niñas preciosas (Iris, Maya y Luna), una gata escocesa llamada Babóg y dos gatitos más llamados Lola y Leo.
Durante mi primera etapa en Irlanda
empecé a estudiar unas Oposiciones a Profesor de Secundaria, siguiendo la misma forma de estudiar que hasta el momento había utilizado durante toda mi vida. Básicamente:
- Leyendo (muy despacio),
- subrayando,
- haciendo esquemas,
- memorizando los esquemas y
- repasando cuando a mí me parecía.
De los 72 temas que entraban en la prueba de conocimiento, conseguí estudiar 1 en 2 meses de dedicación exclusiva al estudio. No estaba mal si no teníamos en cuenta que las oposiciones eran ¡8 meses después! A ese ritmo, iba a conseguir estudiar 4 temas más. Cinco de un total de 72.
Consecuencias de estudiar a lo burro
- ¡Ni de coña iba yo a estudiarme el temario, prepararme la Unidad Didáctica, la exposición oral e ir con un mínimo de garantías de aprobar y sacar plaza de profesor! No sólo eso, sino que además mi relación con todo ser vivo que estaba a mi lado (por aquel entonces Raquel, Iris y Babóg, además de todos mis amigos dentro y fuera de Irlanda, el resto de familiares, que estaba en España) y yo mismo y mi salud, estaban seria y negativamente siendo afectados.
- Tenía ataques de ansiedad, lumbago, un humor de perros casi constante, mi salud en general iba en picado y algo en mí sabía que los que más me querían estaban sufriendo viéndome así.
- No entendía por qué otras personas eran capaces y yo no. Nunca me había considerado el más listo, la verdad. Pero tampoco el más tonto.
Fue entonces, al final de ese primer mes de estudio que dije: Para un momento Luis, ¿te das cuenta de que así no? A lo mejor se trata de aprender a estudiar de otra forma…
«¿Y por qué yo no?»
Empecé a preguntarme qué leches hacía la gente para aprobar y sacar plaza. Conocía a varias personas que ya habían aprobado (ahora conozco a muchas más) y de verdad que no encontraba la explicación en la capacidad intelectual de cada uno.
Eso de que hay gente que vale y gente que no vale para estudiar, a mí no me convencía.
No eran ni más ni menos inteligentes que yo. Eso sí, sabían cómo estudiar. La forma que yo tenía de estudiar me había servido para sacarme una Ingeniería, mientras vivía con mis padres. Pero esa misma forma no valía si yo quería mantener mi salud, mi vida familiar y mis amigos. Todo ello en buen estado.
«¡Ah, ahora entiendo!»
Tan pronto como empecé a investigar un poco, resultó que sí, que había un secreto detrás de todo esto y que la gente que estudiaba bien, lo que yo tardaba 10 días, casi sin salir de la habitación, ellos tardaban sólo 3 horas en la biblioteca de la facultad, como mucho.
Gracias a haber aprendido lo que aprendí, empecé a ahorrar entre el 30 y el 40% de tiempo, esfuerzo y energía al estudiar, tardaba mucho menos en estudiar lo mismo que antes (ahora tardaba casi el 50% menos), me mantenía concentrado a un gran nivel y durante mucho más tiempo y me resultaba mucho más fácil memorizar datos. ¡Hasta divertido, incluso datos aburridos y pesados!
Te preguntarás qué pasó con las Oposiciones. Qué habría pasado con las Oposiciones si me hubiese presentado, esa es la pregunta. Lo reconozco, no lo sé. Estoy seguro de que aprobarlas las habría aprobado aunque no sé si habría llegado a sacar plaza en esa convocatoria, tan sólo unos pocos meses después. Porque, efectivamente, dejé por completo el estudio de las Oposiciones y me volqué de lleno a la investigación de un mundo fascinante que estaba conociendo poco a poco.
Las consecuencias de aprender a estudiar
Mientras tanto, mi salud, mi familia y mis amigos somos los grandes beneficiados de que yo haya aprendido y aplicado lo que sé sobre cómo estudiar.
- Desde entonces no han habido fines de semana que me haya quedado encerrado en la habitación estudiando,
- ni me he perdido celebraciones familiares por tener que estudiar más.
- Ni he vuelto a estar con nadie, inmerso en un sentimiento de culpa por no haber estudiado lo que debía.
Mantenía mi vida equilibrada y mi rendimiento era máximo.
«¡Nos lo deberían enseñar desde pequeños!»
¡Pero por qué cojones no me han enseñado esto cuando estaba en la escuela! me decía según iba aprendiendo a estudiar. Fue lo primero que pensé.
Lo segundo fue:
«Esto quiero que lo sepa todo el mundo.
Que una persona tan normalita como yo sea ahora capaz de estudiar estos 2 temas (por poner un número) en tan poco tiempo, que sea capaz de concentrarme tan fácilmente y mantenerme durante tanto tiempo concentrado, que pueda leer tan rápidamente como lo hago ahora, que me me ría memorizando de lo divertido que es ahora, …
En fin, esto quiero que lo aprenda todo el mundo.»
Llegados a este punto, me voy a despedir de ti. Es fácil estudiar bien. Se trata de saber cómo. No hace falta ni ser un lumbreras, ni tener 20 años y vivir con tus padres, ni haber nacido para ello.
Cualquiera puede hacerlo, si sabe cómo
¿Cuánto tiempo tarda un carpintero en hacer una mesa (sencillita) pudiendo disponer de todo el material en la habitación en que se encuentra?
- Pues a lo mejor la tiene hecha en 3 horas. Y seguramente me estoy pasando.
Y, ¿cuánto tardarías tú, si nunca te han enseñado a trabajar la madera ni sabes qué herramientas se necesitan ni cómo utilizarlas?
- Por lo menos 100 horas y ¡todavía la mesa te quedaría coja! (A mí, seguro)